En el corazón de la Habana Vieja, en el cruce de las calles Mercaderes y Lamparilla, existe una pequeña plaza de hermosa vegetación, con una fuente de agua que refresca del calor del trópico; en el medio de esta, una escultura imponente del Maestro Guayasamín, en memoria del insurrecto indio ecuatoriano: Rumiñahui.
Desde hace más de 2 años, todos los primeros sábados de cada mes, de 4 a 6 de la tarde, esta plaza ha sido un espacio de encuentro, para la realización de un taller abierto de Teatro Espontáneo Comunitario, al cual confluyen diferentes personas, de disímiles ocupaciones y diversas procedencias, habitantes de la ciudad y transeúntes de las calles habaneras.
Este taller, al cual se le denomina Rumiñahui como la plaza que lo acoge, es una propuesta de aprendizaje básico de técnicas de Teatro Espontáneo Comunitario y de desarrollo de actitudes humanas, para fortalecer la construcción de diálogos sociales, enriquecer la comunicación interpersonal y crear colectivamente.
Rumiñahui es un proceso grupal abierto, un intento de encontrarnos desde nuestro humanismo, un lugar de búsquedas técnicas, un esfuerzo de usar desde esta vertiente metodológica los espacios públicos, más allá de los clásicos intramuros.
De a poco van llegando, de a poco se van sumando algunos transeúntes, algunos vienen con instrumentos músicos… van naciendo los sonidos y los movimientos… un ejercicio lúdico conduce a flexibilizar la racionalidad… los cuerpos empiezan a dibujar el aire, a buscar formas con otros cuerpos, a conectarse con los mundos interiores… y así, van naciendo las primeras esculturas, que hablan de sensaciones, emociones o sentimientos… y en un giro imperceptible, se abre el telón invisible, ese que nunca estuvo, y la interacción se amplia involucrando a los que están sentados en los bancos de la plaza, a los que miran desde una ventana, a los adultos mayores que participan en el Círculo de Abuelos o a los que simplemente van pasando por esa esquina… y van apareciendo, entre voces y esculturas, universos humanos… presencias que se catapultan de las gargantas, que se deslizan de los árboles, saltan del agua, hablan desde la música y los cuerpos…
Nutriéndose del yo y el ustedes va tejiéndose el NOSOTROS…
Desde hace más de 2 años, todos los primeros sábados de cada mes, de 4 a 6 de la tarde, esta plaza ha sido un espacio de encuentro, para la realización de un taller abierto de Teatro Espontáneo Comunitario, al cual confluyen diferentes personas, de disímiles ocupaciones y diversas procedencias, habitantes de la ciudad y transeúntes de las calles habaneras.
Este taller, al cual se le denomina Rumiñahui como la plaza que lo acoge, es una propuesta de aprendizaje básico de técnicas de Teatro Espontáneo Comunitario y de desarrollo de actitudes humanas, para fortalecer la construcción de diálogos sociales, enriquecer la comunicación interpersonal y crear colectivamente.
Rumiñahui es un proceso grupal abierto, un intento de encontrarnos desde nuestro humanismo, un lugar de búsquedas técnicas, un esfuerzo de usar desde esta vertiente metodológica los espacios públicos, más allá de los clásicos intramuros.
De a poco van llegando, de a poco se van sumando algunos transeúntes, algunos vienen con instrumentos músicos… van naciendo los sonidos y los movimientos… un ejercicio lúdico conduce a flexibilizar la racionalidad… los cuerpos empiezan a dibujar el aire, a buscar formas con otros cuerpos, a conectarse con los mundos interiores… y así, van naciendo las primeras esculturas, que hablan de sensaciones, emociones o sentimientos… y en un giro imperceptible, se abre el telón invisible, ese que nunca estuvo, y la interacción se amplia involucrando a los que están sentados en los bancos de la plaza, a los que miran desde una ventana, a los adultos mayores que participan en el Círculo de Abuelos o a los que simplemente van pasando por esa esquina… y van apareciendo, entre voces y esculturas, universos humanos… presencias que se catapultan de las gargantas, que se deslizan de los árboles, saltan del agua, hablan desde la música y los cuerpos…
Nutriéndose del yo y el ustedes va tejiéndose el NOSOTROS…
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